Compruebo que la todopoderosa Cadena SER se hace eco de la mala aplicación de la Ley de Dependencia en Castilla y León. Como muchas causas que saltan de repente a los grandes medios, esta situación saltó al gran público por un caso particular, el caso de Ana Caridad, una mujer de 91 años, con gran dependencia, nacida en Madrid y residente en Soria. La “gran noticia” es que esta mujer pasó de cobrar 290€ a cobrar 36€ al mes. Así lo contaba la SER en la noticia que reveló esa situación: https://www.europapress.es/castilla-y-leon/noticia-anciana-pasa-cobrar-290-36-euros-dependencia-despues-trasladarse-madrid-soria-20181025134418.html .
Pues bien, como suele suceder en esos casos, el caso concreto, tras una indagación en el hilo informativo, se convierte en un análisis generalizado de la situación de las personas afectadas por esta situación. Así lo define las SER en la siguiente noticia: http://cadenaser.com/ser/2018/10/25/sociedad/1540423450_659655.html . En este artículo se denuncia la diferencia entre la prestación que reciben las personas dependientes de Grado III en la Comunidad de Castilla y León y en la Comunidad de Madrid, de los 290€ al mes en Madrid a los 31,92€ al mes en Castilla y León para la prestación de cuidados en el entorno familiar.
Por último, el debate pasó al Parlamento de Castilla y León de la mano del PSOE, el pasado 25 de octubre, el Procurador en las Cortes y Secretario General del PSCYL, Luís Tudanca protestó por seis años de recortes en la dependencia. Al mismo tiempo, Tudanca denuncia la hipocresía de la Junta al poner como excusa la potenciación del uso de residencias cuando desde 1996 no se ha abierto una plaza residencial pública. Podéis ver la información completa en el siguiente enlace de La Vanguardia: https://www.lavanguardia.com/politica/20181025/452545391333/tudanca-advierte-de-seis-anos-con-recortes-del-90-en-ayudas-a-la-dependencia.html
Bien. Hasta aquí el relato objetivo de la sucesión de hechos. Pero poco o nada pintaría yo aquí si no os pudiera dar información complementaria y un humilde análisis de la misma. Vamos allá pues.
Corría el año 2012 y fui elegido para formar parte del equipo de Tudanca en su Ejecutiva Provincial de Burgos. De echo, yo mismo propuse el nombre de la nueva Secretaría Provincial, la Secretaría de Discapacidad, Autonomía Personal y Apoyo a la Dependencia. En el tiempo que desarrollé ese cargo tuve ocasión de acudir a alguna reunión de los cargos socio-sanitarios en Valladolid. Allí pude trabajar con políticos y políticas de raza, gente con gran vocación, dedicadas a lo social, gente como Jorge Félix Alonso, o Marta Olmedo. Por aquel entonces ya se decía que la Junta de Castilla y León estaba haciendo “el truco del almendruco”. El PP esta dando preferencia a lo cuantitativo frente a lo cualitativo, dando más concesiones de ese modo, las estadísticas cuadran, pero el bienestar de las personas dependientes de Castilla y León es fatal.
Es aquí donde aparecen en el relato un personaje y una organización vitales para entender la situación. Esa persona es Jose Manuel Ramírez, Presidente de la Asociación de Directores y Gerentes de Servicios Sociales. Resulta que el Sr. Ramírez y su asociación saca cada año un informe sobre la situación de la Dependencia en el Estado español, desglosándolo en Comunidades Autónomas y Provincias. Pues bien, el gran beneficiado de ese informe era el Sr. Herrera (PP) y su Ejecutivo de Castilla y León. Los informes decían que Castilla y León era la CCAA que más atendidas tenía a sus personas dependientes. Como os podéis imaginar, a mis excompañeros del PSOE y a mí nos salía un sarpullido cada vez que veíamos esto. Se lo intentamos explicar a Ramírez varias veces, tanto como PSOE, como en las reuniones de la Coordinadora Estatal de Plataformas de Apoyo a la Dependencia, pero los titulares de la prensa cada año eran los mismos, del tipo: “Castilla y León la Comunidad que más personas dependientes atiende”, para mayor gloria del Sr. Herrera y su partido que sacaban pecho en los medios. Tanto es así, que compañeras de las Plataformas de otros lugares, me decían que no estábamos tan mal. En fin.
De todo ello saco varias conclusiones.
La primera es que da igual que te desgallites diciendo la verdad. Una información sale a flote cuando los grandes medios generalistas tienen a bien fijar las mirada en uno, momento en el cual todos nos echamos la manos a la cabeza y nos damos golpes de pecho, durante un rato nada más. Si a esto le añadimos que los medios más importantes de tu Comunidad los dirige un señor condenado por corrupción que invita a la boda de su hija a Concejales y Concejalas del PP y alguno del PSOE, saltar el cerco informativo es imposible.
La segunda conclusión que saco es que el activismo social es importante para llamar la atención sobre un tema, pero de nada, o de poco sirve si a esa chispa informativa no la sigue una organización estructurada y una presencia, (directa o indirecta), en las instituciones lo suficientemente amplia para sacar adelante las medidas. Y esto es lo que ha fallado aquí. Aunque claro, siempre se puede influenciar el voto, pero eso en Castilla y León es “sacrilegio”, ya lo he comprobado, las subvenciones no me las hagas peligrar: “Qué cosas tiene este Víctor. ¿No ves que nos han puesto una estatua de una “chica guapa” en silla de ruedas y los Reyes nos reciben en el besamanos? ¿Qué más quieres?”. Cosas mías, ya os lo explicaré, que me salgo del tema.
La tercera conclusión que saco es que no todos los políticos son iguales. Hay muchas personas, las más, que se implican con la lucha de los colectivos sociales y lo intentan aplicar a la política. Pero también hay otras que se van a aprender del modelo socio-sanitario de Valencia y se olvidan de hablar de dependencia en sus canutazos, aunque si mencionan el tema en las sesiones parlamentarias cuando salta el tema en los medios, lo cual quiere decir que ni se plantean exigir aplicar el sistema valenciano.
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